Mi abuela materna, Delmira Susana (abuela "Chana") era hija de inmigrantes y tuvo siete hermanos. De padre milanés (italiano) y madre vasca francesa, la abuela Chana tuvo una herencia de cocina algo variopinta ... Parte de su legado me ha llegado a través de mi madre y parte, directamente de sus manos siempre en movimiento, tan en movimiento como su siempre curiosa mente hasta el final de su vida. Uno de mis platos favoritos, es hoy, uno de pasta elaborada con patatas, < que en Argentina traducimos como ñoquis > que tiene una leyenda que siempre me ha parecido encantadora.
Os contaré la versión que me llegó a mi y que tal vez, porque me la contaron alguna vez de pequeña, he modificado, o lo ha hecho mi madre o no sé bien quien fue de mi familia que la cambió y sin embargo quedó encantadora y después, os dejaré un link, para que podáis leer la verdadera leyenda o al menos la que he encontrado en Internet, en diferentes páginas contada de igual modo, por lo cual, supongo que será así y sino, que algún/a italiano/a, me deje escrita su versión que seguro será la verdadera.
LA LEYENDA DE LOS ÑOQUIS DEL 29, VERSIÓN "HERENCIA DE AMOR".
Un sacerdote franciscano, que peregrinaba hacia Santiago de Compostela, cansado, con su ropa harapienta y sucia, hambriento hasta no dar más, llamó a la puerta de una humilde casita de madera situada detrás de un pinar en medio de la campiña italiana, la única que pudo avistar tras horas y horas de incesante marcha. Fue acogido por la pobre familia que no tardó en prepararle algo de comer con lo poco que tenían en su hogar, unas pocas patatas, un poco de harina, un huevo, agua y gotas de aceite de oliva. La mujer coció las patatas, le agregó la harina y el huevo, mezcló todo y formó unas pequeñas pelotillas que coció en un gran cazo con agua. Mientras su marido conversaba con el pobre hombre hambriento, los niños dispusieron los platos blancos en la vieja mesa de pino. En total eran siete los que se sentaron ese día a comer. El hombre inmensamente agradecido por la hospitalidad de la familia, dejó a escondidas del ama de la casa, una moneda de oro debajo de su plato, en el momento en que entre todos recogían los platos. Se despidió y se marchó. Más tarde, la madre encontró para su sorpresa y la de toda su amada familia, la valiosa moneda de oro bajo su plato, que había quedado en la mesa, aún sin recoger. Nunca más vieron a aquel pobre hombre para agradecerle el regalo recibido ni tampoco supieron nada de su verdadera identidad. En recuerdo de aquel bonito momento en compañía del "pobre hombre", cada día 29 de cada año de sus vidas, la familia se reunió a lo largo de generaciones para compartir la misma humilde comida.
AHORA, LA QUE CREO VERDADERA, ENCONTRADA POR INTERNET (aunque para mi seguirá siendo " la verdadera", la que me transmitieron mi abuela y mi madre, con todo amor)
http://buscomisrespuestas.blogspot.com.es/2007/11/leyenda-y-tradicion-de-los-oquis-del-29.html
MANOS A LA OBRA !!!
Os diré que esta receta parece complicada al transmitirla, pero súmamente fácil cuando se le pilla el truquillo.
INGREDIENTES para 4 porciones (ó 6, según como sirvas los platos)
Para el puré de patatas: Medio kilo de patatas, sal, pimienta y nuez moscada, una cucharada de margarina, un poco de leche. Un kilo de harina (me quedan mejor con la de repostería), un huevo.
Para la salsa: Medio kilo de carne picada, una cebolla, un trozo de pimiento rojo, 2 ó 3 zanahorias, un brick de tomate triturado, aceite de oliva para freir, un caldito knorr y los condimentos habituales (sal, pimienta, pimentón dulce, orégano, ajo, perejil, albahaca, hojas de laurel).
PROCEDIMIENTO:
Pelo, lavo y corto en rodajas o cuadrados no demasiado grandes las patatas y las pongo a hervir en una olla cubiertas de agua (recuerda siempre que los ingredientes se cocinan más rápido si se cortan más pequeños). Tapo la olla para que se cocine en menos tiempo. Cuando están blandas, las piso con el prensa patatas (o con tenedor, pero es más difícil). Agrego la cucharada de margarina, revuelvo y si veo que queda muy espeso, duro, le doy más suavidad al puré con un chorro de leche. Condimento con sal, pimienta y nuez moscada (poquita cantidad). Paso el puré a un bol de loza o plástico y lo dejo enfriar unos 10, 15 minutos en la nevera.
Pelo y lavo todas las verduras, las pico bastante pequeñas. Llevo a rehogar en una cucharada de aceite de oliva y cuando las cebollas comienzan a dorarse, agrego la carne picada. Revuelvo y sigo cocinando. Cuando la carne está lista, agrego el brick de tomate triturado, una taza de agua ("del tiempo", natural) y sigo cocinando. Agrego un caldito knorr (de verduras, pollo o carne) y los condimentos antes mencionados, de vez en cuando revuelvo. Pruebo, siempre pruebo para rectificar los condimentos hasta que me parece que queda bueno.
Busco el puré que tenía en la nevera y ya mismo pongo a hervir una olla grande con agua hasta tres dedos (acostados !!!) del borde, con un chorrito de aceite y un poco de sal (como para cocer cualquier pasta).
Al puré le agrego un huevo y revuelvo bien. Luego, poco a poco voy añadiendo harina, mezclando hasta formar una pasta que no se pegue en los dedos, si te parece que la cantidad de pasta es poca, puedes agregar un poco de agua, poca... y más harina. Recuerda que no se debe pegar en los dedos ni debe quedar muy dura.
Cuando la pasta está lista, tomo trozos y formo churritos de dos centímetros de diámetro que voy cortando en trocitos de 1,50 cm aproximadamente y paso por un tenedor que apoyo sobre harina siempre, para que los trocitos queden acanalados. Decía mi abuela que de esta manera se impregnan mejor de salsa ( "tuco" decía ella, no sé italiano y no sé si está bien escrito, sorry).
A medida que voy haciendo una buena cantidad, los echo dentro del agua hirviendo. Primero se van al fondo y cuando comienzan a subir a la superficie, los quito con una espumadera, los paso a un bol y los rocío con aceite. Así hasta que acabo con toda la pasta.
Finalmente los sirvo en los platos, cubro con salsa y echo queso parmesano a gusto (o cualquiera rallado de bolsita o para rallar. Si te apetece puedes rociarlos con queso de gratinar y lo dejas unos minutos en el micro)
Sin palabrasssssssss.